La primera relación que me ayudo a mejorar fue conmigo misma

La primera relación que me ayudo a mejorar fue conmigo misma. Me di cuenta que la manera en que me trato es una manera de tratar a los demás y de que a veces era exigente y dura conmigo misma y por ende también con los demás.

Al empezar a tener una mejor relación conmigo misma, mi relación con los demás cambió.

Por ejemplo con mi padre, la Tensegrity me ha dado la oportunidad de limpiar mi relación con él, es decir, a expresar mis pensamientos y emociones en algunas situaciones en las que no estuve de acuerdo con él. A cambiar mis sentimientos de resentimiento, abandono, y de sentirme pobrecita de que mi padre: » fue injusto, no me quiso lo suficiente, no le importé, etc….» La Tensegrity me ha ayudado a crear un conexión de afecto y de respeto con mi padre, me ha dado la oportunidad abrir mi corazón.

Con mis hermanos mi relación mejoró desde el momento en que no quise imponerles mis ideas o decirles qué estaba bien o qué estaba mal o lo que tenían que hacer. Aprendí a escucharlos y a ponerme por un momento en su lugar. Mi relación con mis hermanos es estrecha y de mucho afecto.

En mi trabajo me di cuenta de que algunas de las cosas que me molestaban de mis jefes o compañeros de trabajo tenían que ver con la relación con mis padres o hermanos y que al trabajar esas situaciones con la familia mejoraba en varias áreas de mi vida. Por ejemplo a mi jefa dejaba de verla como mi hermana mayor con la que me peleaba por ser más bonita ante mis padres, o que me molestó cómo me pidió algo mi compañero porque me lo pidió como me lo pedía mi mamá. Es decir, en el momento en que empecé arreglar, a resolver, a aclarar, a ordenar mi relación con mi familia, también arreglaba todas mis relaciones.

La Tensegrity me ha enseñado que al abrir mi corazón mejoro mis relaciones con los demás, con el mundo y conmigo.